Editorial CLIE presenta con gran satisfacción la colección PATRÍSTICA, donde los escritos de Agustín de Hipona, y en especial “La Ciudad de Dios”, son uno de sus pilares básicos.

 

Agustín de Hipona [353-429] fue un fenómeno único en la historia de la Iglesia cristiana, admirado y respetado por igual por católicos y protestantes como el Campeón de la verdad, frente a los errores maniqueos, arrianos y pelagianos. Lutero, refiriéndose a los Padres de la Iglesia, dijo: «Agustín me agrada más que todos los demás, porque enseñó una doctrina pura y sometió sus libros, con humildad cristiana, a la Sagrada Escritura». Su influencia teológica y filosófica sigue vigente. Apela por igual a la razón, a las emociones y a la voluntad y constituye una fuente clara a la que muchos recurren después de sentirse cansados de un cristianismo superficial.

 

Agustín de Hipona [353-429] Más información haga click sobre la imagen. 

Dentro de la Colección de Patrística los tres primeros tomos están dedicados a las obras de Agustín. En el Tomo I se incluyen tres obras fundamentales de su producción literaria: La verdadera religión, en la que plantea la búsqueda de la verdad trascendente; La utilidad de creer, donde explica el asentimiento personal a la fe; y El Enquiridion: tratado de la fe, la esperanza y la caridad, que cubre los aspectos dogmáticos y morales de esa fe revelada. En el Tomo II se recoge una de las piezas clave de su pensamiento: Las Confesiones. En el Tomo III presenta la obra más extraordinaria de Agustín: “De Civitate Dei” o La Ciudad de Dios. Planteada en 22 libros, La Ciudad de Dios es la obra más impresionante que jamás se haya podido escribir para sintetizar el conjunto de la historia universal y divina, la lucha habida desde el siglo I al siglo V, entre el mundo antiguo agonizante con el cristianismo naciente.

Agustín escribió La Ciudad de Dios como réplica a las críticas que hacían contra el cristianismo los paganos ricos y cultos tras la caída de Roma en poder de los Visigodos (año 410) obligándoles a tener que huir y exilarse en el norte de África. Y lo hace describiendo la contraposición entre dos tipos de hombres y sociedades: la Ciudad de Dios y la Ciudad del hombre. En sus propias palabras: «Dos amores fundaron dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor».

Sobre esta base los temas tratados son inagotables: partiendo del origen y naturaleza de Dios; problema del bien y el mal, el pecado y la culpa, la muerte, el derecho y la ley, el tiempo y el espacio, la Providencia, el destino y la historia, y una extensa lista. El escritor italiano Giovanni Papini [1881-956] llamó a La Ciudad de Dios un libro-floresta, o sea, árbol de generosa sombra y abundantes frutos, donde cada cual, según su interés particular, puede sacar lecciones de historia, de filosofía, de antropología, de exégesis bíblica, de profecía, de demonología, de psicología, de derecho, de crítica social. Se asemeja a un organismo viviente porque vive y crece con los siglos, impulsando, iluminando y actuando en la cultura.

La Ciudad de Dios- Para más información haga click sobre la imagen del libro.

El valor trascendente de La Ciudad de Dios parte de que es la única obra que analiza la problemática de las relaciones entre el cristianismo y la sociedad secular; y plantea una nueva forma de sociedad civil basada en impulsar los valores de la humanidad en virtud de vivir conforme a la doctrina cristiana. Un tema de la más absoluta actualidad.

Soli Deo gloria

BGA