Descripción del libro
Dice el autor:
Lo que expongo en las páginas de este libro ha sido el descubrimiento más increíble de todo mi ministerio pastoral. Siempre había utilizado el discipulado de forma individualizada, uno a uno, persona a persona. Después de todo, ¿no era ése el modelo de Pablo con Timoteo? Así que mi idea del programa de discipulado era hacer un discípulo,para que éste hiciera otro nuevo discípulo, y así sucesivamente.
Pero un profesor me sugirió que pensara en diferentes contextos y probara nuevos modelos. De modo que una de las opciones que elegí fue probar con dos personas . ¡Nunca hubiera imaginado la fuerza que podía tener lo que desde entonces he llamado discipulado a tres! Ser tres en lugar de dos hacía que la conversación fuera mucho más interactiva, fluída y más viva. Aunque yo era el pastor, no me sentía superior a los otros, actuando como si fuera la única fuente de sabiduría. El discipulado se convirtió así en una relación entre iguales, en la que cada uno podía compartir de forma abierta lo que iba descubriendo en la Palabra, y las implicaciones que veía para cada una de nuestras situaciones.
Desde entonces he sido testigo en numerosas ocasiones del potencial del discipulado en grupos de tres. Creo que proveen el entorno propicio donce se dan los elementos necesarios para la transformación y el crecimiento hacia la madurez en Cristo. ¿Cualés son las ventajas de ese modelo de discipulado?
Multiplicación: animar a los que has enseñado a que enseñen a otros.
Relaciones íntimas: desarrollar una confianza profunda que supone un reto y logra cambiar vidas.
Confrontación amistosa: decir la verdad con amor si alguien no está viviendo de forma adecuada.
Incorporación del mensaje bíblico: cubrir los temas de las Escrituras de forma secuencial para obtener un cuadro completo de la vida cristiana.
Disciplinas espirituales: practicar los hábitos que llevan a la intimidad con Dios y al servicio a los demás.
Los grupos de tres son el modelo apropiado para crear un espacio en el que puedan llevarse a cabo los tres objetivos fundamentales: las relaciones profundas y honestas, la multiplicación y la transformación.
Este libro ofrece una herramienta indispensable para el discipulado cristiano, una herramienta que sirve para transformar vidas. A lo largo de mis últimos veinte años de pastorado siempre he mantenido, como mínimo, un grupo de discipulado semanal. Y en ellos vivo los momentos en los que, como pastor, me siento más realizado: cuando comparto mi vida con otras dos personas que han empezado a caminar hacia la madurez en Cristo. Y cuando estas dos personas empiezan a hacer otros discípulos, y éstos a otros, y así la iglesia prospera y alcanza varias generaciones de cristianos firmes en el Señor, me lleno de gozo y pienso que ¡es el mejor legado que puedo dejar como pastor!
Meanima pensar que, aunque muchas iglesias no saben exactamente cómo enfrentarse a este gran reto del discipulado, en general ven la importancia y tienen el deseo de hacer algo. Y si ese deseo y la urgencia de hacer discípulos puede avivarse con el modelo bíblico, y puede plasmarse en una estrategia práctica, aún hay esperanza de cumplir el mandamiento que Jesús dejó a todos y cada uno de los miembros de su Iglesia: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones” (Mt. 28:19).
Lo que expongo en las páginas de este libro ha sido el descubrimiento más increíble de todo mi ministerio pastoral. Siempre había utilizado el discipulado de forma individualizada, uno a uno, persona a persona. Después de todo, ¿no era ése el modelo de Pablo con Timoteo? Así que mi idea del programa de discipulado era hacer un discípulo,para que éste hiciera otro nuevo discípulo, y así sucesivamente.
Pero un profesor me sugirió que pensara en diferentes contextos y probara nuevos modelos. De modo que una de las opciones que elegí fue probar con dos personas . ¡Nunca hubiera imaginado la fuerza que podía tener lo que desde entonces he llamado discipulado a tres! Ser tres en lugar de dos hacía que la conversación fuera mucho más interactiva, fluída y más viva. Aunque yo era el pastor, no me sentía superior a los otros, actuando como si fuera la única fuente de sabiduría. El discipulado se convirtió así en una relación entre iguales, en la que cada uno podía compartir de forma abierta lo que iba descubriendo en la Palabra, y las implicaciones que veía para cada una de nuestras situaciones.
Desde entonces he sido testigo en numerosas ocasiones del potencial del discipulado en grupos de tres. Creo que proveen el entorno propicio donce se dan los elementos necesarios para la transformación y el crecimiento hacia la madurez en Cristo. ¿Cualés son las ventajas de ese modelo de discipulado?
Multiplicación: animar a los que has enseñado a que enseñen a otros.
Relaciones íntimas: desarrollar una confianza profunda que supone un reto y logra cambiar vidas.
Confrontación amistosa: decir la verdad con amor si alguien no está viviendo de forma adecuada.
Incorporación del mensaje bíblico: cubrir los temas de las Escrituras de forma secuencial para obtener un cuadro completo de la vida cristiana.
Disciplinas espirituales: practicar los hábitos que llevan a la intimidad con Dios y al servicio a los demás.
Los grupos de tres son el modelo apropiado para crear un espacio en el que puedan llevarse a cabo los tres objetivos fundamentales: las relaciones profundas y honestas, la multiplicación y la transformación.
Este libro ofrece una herramienta indispensable para el discipulado cristiano, una herramienta que sirve para transformar vidas. A lo largo de mis últimos veinte años de pastorado siempre he mantenido, como mínimo, un grupo de discipulado semanal. Y en ellos vivo los momentos en los que, como pastor, me siento más realizado: cuando comparto mi vida con otras dos personas que han empezado a caminar hacia la madurez en Cristo. Y cuando estas dos personas empiezan a hacer otros discípulos, y éstos a otros, y así la iglesia prospera y alcanza varias generaciones de cristianos firmes en el Señor, me lleno de gozo y pienso que ¡es el mejor legado que puedo dejar como pastor!
Meanima pensar que, aunque muchas iglesias no saben exactamente cómo enfrentarse a este gran reto del discipulado, en general ven la importancia y tienen el deseo de hacer algo. Y si ese deseo y la urgencia de hacer discípulos puede avivarse con el modelo bíblico, y puede plasmarse en una estrategia práctica, aún hay esperanza de cumplir el mandamiento que Jesús dejó a todos y cada uno de los miembros de su Iglesia: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones” (Mt. 28:19).
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Autor Ogden, Gregory J. Peso 276.6960 Medidas 14 x 23 cm Páginas 204 Encuadernación Rústica fresada Idioma es