La obra se estructura en cinco capítulos y dos apéndices.
El primero hace referencia a la situación religiosa en Europa, el segundo y el tercero tratan acontecimientos que tuvieron lugar en el siglo XVI. Lo más estremecedor de este relato, el vertiginoso descenso de la maldad humana a las profundidades del horror, es la descripción que hace Benlliure de la matanza padecida por los hugonotes en aquella noche sin fin conocida como de San Bartolomé. El encanto estilístico del autor se mezcla con la caída emocional que hace padecer al lector.
El cuarto capítulo de la obra, que se inicia con la promulgación del Edicto de Nantes y concluye con su revocación, abarca los dos últimos años del siglo XVI y se prolonga hasta quince años antes de que concluya el XVII. Aquí Benlliure ejerce de historiador escrupuloso. El autor es consciente de que a la Historia incumbe ilustrar a los pueblos acerca de la trascendencia de sus actos, aunque algunos de ellos hagan retroceder a la posteridad con espantoso sacrilegio. El Edicto de Nantes abrió una nueva era para Francia y para la humanidad. El protestantismo, señala Benlliure, fue un paso hacia lo porvenir, hacia el progreso. La Iglesia oficial dejó de pensar en destruir por la violencia a los seguidores de la Reforma y se comprometió a vivir con ellos sobre una base de igualdad.
En el quinto capítulo de la obra, el autor nos lleva de la mano hasta las postrimerías del siglo XVIII, con la firma del Edicto de Tolerancia por parte de Luis XVI. Destaca el permanente combate para que los protestantes sean libres de una vez en el interior de un siglo problemático. Escribe con serenidad y profundidad sobre este siglo, llamado el de la ilustración, en los albores de una fiebre revolucionaria que se extendería por toda Europa hasta mediados del siglo XIX.
Se cierra con dos apéndices: Uno sobre los reyes de Francia y otro sobre las guerras de religión. El autor ofrece una relación de nueve reyes franceses implicados en las persecuciones de los hugonotes. Ocuparon el trono desde el año 1515 hasta 1793. Fueron reyes absolutistas –«el Estado soy yo»–, despóticos, representantes de una monarquía que se consideraba señora y dueña única de sus súbditos.
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Autor Benlliure Andrieux, Félix Publicacion 2016 Peso 500.0000 Medidas 13.97 X 21.27 cm Páginas 392 Encuadernación Rústica Idioma es