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Pablo, Corinto y el Imperio romano
Coutsoumpos, Panayotis
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Dentro de la colección PATRÍSTICA, los escritos de Agustín de Hipona son uno de sus pilares básicos. El Tomo III presenta la obra clave de Agustín: “De Civitate Dei” o La Ciudad de Dios. Planteada en 22 libros, La Ciudad de Dios es la obra más extraordinaria que jamás se haya podido escribir para sintetizar el conjunto de la historia universal y divina, la lucha habida desde el siglo I al siglo V, entre el mundo antiguo agonizante con el cristianismo naciente.
Agustín escribió La Ciudad de Dios como réplica a las críticas que hacían contra el cristianismo los paganos ricos y cultos tras la caída de Roma en poder de los Visigodos (año 410) obligándoles a tener que huir y exilarse al norte de África. Y lo hace describiendo la contraposición entre dos tipos de hombres y sociedades: la Ciudad de Dios y la Ciudad del hombre. En sus propias palabras: «Dos amores fundaron dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor».
Sobre esta base los temas tratados son inagotables: partiendo del origen y naturaleza de Dios; problema del bien y el mal, el pecado y la culpa, la muerte, el derecho y la ley, el tiempo y el espacio, la Providencia, el destino y la historia, y una extensa lista. El escritor italiano Giovanni Papini [1881-956] llamó a La Ciudad de Dios un libro-floresta, o sea, árbol de generosa sombra y abundantes frutos, donde cada cual, según su interés particular, puede sacar lecciones de historia, de filosofía, de antropología, de exégesis bíblica, de profecía, de demonología, de psicología, de derecho, de crítica social. Se asemeja a un organismo viviente porque vive y crece con los siglos, impulsando, iluminando y actuando en la cultura.
El valor trascendente de La Ciudad de Dios parte de que es la única obra que analiza la problemática de las relaciones entre el cristianismo y la sociedad secular; y plantea una nueva forma de sociedad civil basada en impulsar los valores de la humanidad en virtud de vivir conforme a la doctrina cristiana. Un tema de la más absoluta actualidad.
Cuando en 2009 se cumplieron 25 años de la publicación original se realizó una edición conmemorativa para la que Lindbeck escribió un prólogo y un epílogo, en su versión alemana, además de incluirse un estudio sobre la misma a cargo de uno de sus discípulos, Bruce D. Marshall, que se expresa en los siguientes términos: «“La naturaleza de la doctrina. Religión y teología en una época postliberal”, se ha revelado como uno de los trabajos más influyentes de la teología académica en inglés de los últimos 50 años. Sería difícil encontrar un teólogo en América del Norte o Gran Bretaña que no tenga una opinión sobre él, en muchos casos publicada…»
A más de 34 años de su publicación, la propuesta del profesor Lindbeck tiene plena vigencia. El tiempo no ha hecho mella en ella, sino todo lo contrario, estamos ante un clásico en el campo de la teología. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que en todos estos años ha sido el libro que más ha influenciado la teología anglosajona y su peso a nivel mundial es inmenso, tanto en el terreno protestante como en el católico.