Villanueva, Carlos A.
Licenciado en Teología por el Seminario Internacional Teológico Bautista en Buenos Aires (1979), del cual es actualmente Rector y Profesor, es Doctor en Teología por la Universidad Católica Argentina (1995).
Sus áreas de especialización son el Antiguo Testamento, la Hermenéutica Bíblica, el Hebreo, la Exégesis del Antiguo Testamento, la Teología Bíblica, la Antropología Bíblico-Teológica y las Geografía y Arqueología Bíblicas.
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12. CURSO DE FORMACIÓN TEOLÓGICA EVANGÉLICA: HERMENÉUTICA
Villanueva, Carlos A.
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OBRAS ESCOGIDAS DE AGUSTÍN DE HIPONA TOMO 1
Agustín de Hipona [353-429] es un fenómeno único en la historia de la Iglesia cristiana, admirado y respetado por igual por católicos y protestantes como el Campeón de la verdad, frente a los errores maniqueos, arrianos y pelagianos. Lutero, refiriéndose a los Padres de la Iglesia, dijo: «Agustín me agrada más que todos los demás, porque enseño una doctrina pura y sometió sus libros, con humildad cristiana, a la Sagrada Escritura». Su influencia teológica y filosófica sigue vigente. Apela por igual a la razón, a las emociones y a la voluntad, y constituye una fuente clara a la que muchos recurren después de sentirse cansados de un cristianismo superficial.
Dentro de la colección PATRÍSTICA, los escritos de Agustín de Hipona son uno de sus pilares básicos. Este Tomo I de los tres dedicados a las obras de Agustín incluye tres escritos fundamentales de su producción literaria:
La verdadera religión. En "vera religione" Agustin plantea la búsqueda de la verdad trascendente, lo que le lleva a adoptar un enfoque más filosófico.
La utilidad de creer. En "De utilitate credendi" explica el asentimiento personal a la fe, esa realidad maravillosa que se sitúa por encima de la ilusión y la necedad, es una obra más teológica.
El Enquiridion. En su "Enchiridion sive de fide, spe et caritate" (Tratado de la fe, la esperanza y la caridad), cubre los aspectos dogmáticos y morales de esa fe revelada y descubierta por la experiencia creyente, que se traduce en adoración al Dios verdadero, consistente en "la fe que obra por el amor" (Gá. 5:6), verdadero principio espiritual alrededor del cual gira todo su pensamiento.
En todas ellas Agustín trata las cuestiones más preocupantes del momento que renacen en el seno del cristianismo una y otra vez. -
Las siete fiestas de Jehová
Las siete fiestas de Jehová, el nuevo libro escrito por Eduardo Cartea Millos, es un estudio basado en Levítico, un libro de una gran importancia y trascendencia en el que el autor explica las celebraciones de las siete fiestas y ayuda al lector a entender la interrelación que existe en la cultura Judía, el Dios del Antiguo Testamento, Jehová y su relación con el Nuevo Testamento. -
El Espíritu Santo en la tradición sinóptica
¿Por qué se habla tan poco del Espíritu en la vida del fundador del cristianismo, una de cuyas creencias más características era que sus miembros se convertían en poseedores, en un sentido único, del Espíritu de Dios? ¿Por qué los Evangelios sinópticos mencionan tan poco del Espíritu Santo, cuando los cristianos de la primera generación creían que ellos mismos estaban viviendo bajo la inmediata dirección del Espíritu de Dios, y la primitiva Iglesia –según nos la pintan los Hechos de los Apóstoles y otros libros de tradiciones no sinópticas— era decididamente pneumática?
Apenas hay un capítulo del libro de los Hechos en donde no se represente al Espíritu en acción. Todo momento crítico en la historia de la Iglesia, tal como allí se describe, se convierte en escenario de la intervención del Espíritu. ¿De dónde sacó la Iglesia sus nociones acerca del Espíritu y su certeza de que estaba inspirada? Algunos teólogos de comienzos del Siglo XX dieron a este enigma, respuestas muy radicales.
Hans Windisch (1881-1935), en su obra Jesus und der Geist nach synoptischer Überlieferung afirma que puede demostrarse que las palabras de los Evangelios que se refieren al Espíritu, no son auténticas, sino todas ellas inserciones posteriores que se deben a la actividad redaccional.
Hans Leisegang (1890-1951), va todavía más lejos. En su famosa obra Pneuma Hagion, no duda en afirmar que el concepto sobre el Espíritu de la Iglesia Primitiva tiene su origen en el misticismo griego, en mitos y especulaciones que se añadieron a la enseñanza de Jesús, “elementos extraños a los Evangelios sinópticos, que se deslizaron del pensamiento y de la creencia helenísticos a las narraciones de los hechos y palabras del Salvador”.
K. Barrett sale al paso de estos radicalismos y niega que los rasgos pneumatológicos que puedan hallarse en los Sinópticos sean atribuibles a influencias helenistas. En su opinión, Leisegang y Windisch, se equivocaron creyendo que la doctrina del Espíritu es de las que se pueden desgajar y tratar por separado, y pasaron por alto la enseñanza escatológica de Jesús, que es la pista clave para aclarar el misterio.
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Diccionario de Jesús y los Evangelios
Una buena manera de describir la naturaleza y propósito de esta obra es comparándola al famoso “Dictionary of Christ and the Gospels” de James Hastings (1852–1922), publicado en 1906. Las funciones que la monumental obra que Hastings llevó a cabo con éxito a principios del siglo xx fueron:
-Aportar un tratamiento erudito y equilibrado de la cristología y demás temas históricos y teológicos registrados en los cuatro Evangelios, en el que el mundo evangélico pudiera basar, argumentar y vivir su fe en franco diálogo con las propuestas liberales de la alta crítica.
-Tender un puente entre la alta erudición del mundo académico contemporáneo y las necesidades prácticas de conocimiento y consulta en el mundo evangélico por parte de pastores, maestros, estudiantes y todo aquel que necesita entrar a fondo en el estudio puntual de un tema dentro el texto bíblico y acceder al debate académico contemporáneo sobre el mismo de una manera fácil, evitando largas horas de lectura de gruesos y farragosos volúmenes.
Desde los días de Hastings, la crítica contemporánea ha puesto sobre la mesa muchos cuestionamientos nuevos e inéditos al texto de los Evangelios. De otra parte, nuestros conocimientos acerca del judaísmo de los tiempos de Jesús han avanzado hasta niveles entonces poco previsibles. Y los avances en comunicación, han complicado el problema. Temas como “la búsqueda” del Jesús histórico, que en aquella época quedaban circunscritos a las revistas técnicas y monografías académicas, hoy en día a través de Internet, son asequibles a cualquiera. Era imprescindible, por tanto, una obra de carácter similar, pero puesta al día, que aportara respuestas a los problemas actuales. Y el presente Diccionario de Jesús y los evangelios viene a llenar con creces esta necesidad.
Ha sido pensado y escrito para satisfacer todas las necesidades de la comunidad ministerial cristiana. A los estudiantes les proporciona debates introductorios y amplia información sobre cada tema. A los pastores y maestros material adecuado y fiable para sus clases y sermones. A los teólogos y eruditos bíblicos una puesta al día sobre las más recientes tendencias vistas desde una posición netamente evangélica.
Algunos de los artículos, proporcionan información de fondo muy importante. Sitúan cada hecho y cada palabra de Jesús en su contexto histórico y cultural, permitiendo una mejor comprensión de las mismas y aportando un material valiosísimo a pastores y maestros a la hora de explicarlas.
Otros artículos abordan cuestiones más técnicas o más recientes y menos conocidas acerca de Jesús y los evangelios, como por ejemplo: el hombre divino, la retórica antigua y los chreiai (aforismos) etc. Sin olvidar muchos de especial interés para la Iglesia hoy como: la sanidad divina, las posesiones demoníacas, la glosolalia, los dones espirituales, etc. Y por supuesto, todos lo relativo a los evangelios y escritos apócrifos. Toda la información que aporta es amplia y bien referenciada, incluyendo las menciones a fuentes extra-bíblicas; y la variedad de los artículos asombrosa: mitología griega y romana, geografía, economía, sueños y visiones, canciones e himnos, y un largo etc., puede decirse que nada que tenga que ver con Jesús y los evangelios se queda en el tintero.
Una de las secciones que más útil resulta y que más apreciarán los pastores a nivel práctico, es la que dedica a la predicación en los tiempos bíblicos y cómo utilizar los textos del Evangelio en la preparación de sermones. El artículo sobre la “interpretación teológica de los Evangelios” por Andy Johnson es una verdadera obra de arte y debería ser de lectura obligatoria para todos los estudiantes de teología. Y así sucesivamente. El sistema de referencias cruzadas, que llevan al lector de un artículo a otro dentro del mismo tema, impresionante y muy eficaz, el proceso se seguimiento es completísimo. Todos los artículos cuentan con su propia bibliografía individual para poder profundizar en el tema; a lo que se suma un valioso juego de índices, muy bien concebido y trabajado. -
Teología Sistemática de Chafer - Tomo I
ISBN: 978-84-8267-517-6
Una Teología Sistemática premilenial y dispensacionalista. Aunque su recurso principal es la Biblia misma, no deja de tener sus páginas repletas de referencias a otros teólogos.
Bien estructurada, y escrita con sencillez y claridad, es una obra de consulta clásica dentro del área de la teología y ha marcado un hito la historia del pensamiento teológico.
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Diccionario imágenes y simbolos