Ramus, Petrus
Humanista y filósofo protestante, nacido de una noble familia francesa de Picardia. Pierre de la Ramée, su nombre en francés, fue un estudiante precoz, ingresó en la Universidad de París cuando sólo contaba doce años, de espíritu independiente, llegó a rebelarse y protestar contra el excesivo escolasticismo de las universidades, en las que Aristóteles era el modelo y la base de toda investigación filosófica. Para Ramée, por el contrario, según su atrevido examen de graduación, “Todo lo dicho por Aristóteles es falso”. Comprensiblemente se ganó la hostilidad permanente de los académicos. En la formación de su ideario interviene la filología de los humanistas, especialmente la de Valla y de Agricola.
Ramée se dedicó por entero a las matemáticas con la misma pasión y fuerza que desplegó contra las doctrinas aristotélicas. Autor de Dialecticae partitiones (Estructura de la dialéctica, 1543); Dialecticae Institutiones (1543); Aristotelicae Animadversiones (1543). Sus tesis se discutieron durante largo tiempo en las universidades europeas, con Ramus y contra-Ramus. La Sorbona recurrió al rey, Francisco I, para que prohibiera sus obras. Alejado de la universidad fue acogido en el Colegio de Presles, pero en 1547 Enrique II anuló la prohibición de La Sorbona. Los jesuitas, bien situados y poderosos en París, pusieron la obra de Ramus en el Índex de libros prohibidos. Gracias a la política real de apoyo al humanismo Ramée ocupó la cátedra de matemáticas en el Collège de France (1551), para la que contó con la protección del cardenal de Lorena. A pesar de ello, dando muestras de independencia de ideas y espíritu, después del Coloquio de Poissy (1561), en el que protestantes y católicos trataron de hallar un acuerdo, Ramée se puso de parte del calvinista Teodoro de Beza, contra el cardenal de Lorena, y abjuró de la fe católica. Hubo de abandonar de nuevo la cátedra universitaria y al año siguiente se vio obligado a huir de París. Regresó en 1563 con la paz de Ambroise y reanudó la enseñanza, pero en 1567 tuvo que marchar otra vez. Al año siguiente lo encontramos en Alemania y Suiza, como profesor en Heidelberg, Ginebra y Lausana. La paz de Saint-Germain (1570) le llevó otra vez a París, a la cátedra y rectorado del Colegio de Presles, dentro de la universidad, a lo que se opusieron fuertemente los jesuitas desde su Colegio de Clermont.
En Presles le alcanzó la venganza de sus enemigos, durante la matanza de la infame noche de San Bartolomé (1572), en la que miles de protestantes franceses fueron cruelmente perseguidos y asesinados por las calles, las plazas y las casas.
La filosofía de Ramée ejerció una influencia considerable en la formación de la filosofía de la Nueva Inglaterra, especialmente en virtud de su adaptación a las necesidades de la “teología del pacto” (Covenant Theology) dentro de las Iglesias congregacionalistas. Los discípulos de Pierre de la Ramée, entre los que se encontraba el español Pedro Núñez Vela (1522-1602), elaboraron una síntesis lógico-dialéctica en sustitución el aristotelismo de los escolásticos. Esta nueva manera de hacer filosofía se introdujo sobre todo en los Platónicos de Cambridge.
Bib. Alfonso Ropero, Introducción a la filosofía, cap. VI (CLIE, Terrassa 1999).
Ramée se dedicó por entero a las matemáticas con la misma pasión y fuerza que desplegó contra las doctrinas aristotélicas. Autor de Dialecticae partitiones (Estructura de la dialéctica, 1543); Dialecticae Institutiones (1543); Aristotelicae Animadversiones (1543). Sus tesis se discutieron durante largo tiempo en las universidades europeas, con Ramus y contra-Ramus. La Sorbona recurrió al rey, Francisco I, para que prohibiera sus obras. Alejado de la universidad fue acogido en el Colegio de Presles, pero en 1547 Enrique II anuló la prohibición de La Sorbona. Los jesuitas, bien situados y poderosos en París, pusieron la obra de Ramus en el Índex de libros prohibidos. Gracias a la política real de apoyo al humanismo Ramée ocupó la cátedra de matemáticas en el Collège de France (1551), para la que contó con la protección del cardenal de Lorena. A pesar de ello, dando muestras de independencia de ideas y espíritu, después del Coloquio de Poissy (1561), en el que protestantes y católicos trataron de hallar un acuerdo, Ramée se puso de parte del calvinista Teodoro de Beza, contra el cardenal de Lorena, y abjuró de la fe católica. Hubo de abandonar de nuevo la cátedra universitaria y al año siguiente se vio obligado a huir de París. Regresó en 1563 con la paz de Ambroise y reanudó la enseñanza, pero en 1567 tuvo que marchar otra vez. Al año siguiente lo encontramos en Alemania y Suiza, como profesor en Heidelberg, Ginebra y Lausana. La paz de Saint-Germain (1570) le llevó otra vez a París, a la cátedra y rectorado del Colegio de Presles, dentro de la universidad, a lo que se opusieron fuertemente los jesuitas desde su Colegio de Clermont.
En Presles le alcanzó la venganza de sus enemigos, durante la matanza de la infame noche de San Bartolomé (1572), en la que miles de protestantes franceses fueron cruelmente perseguidos y asesinados por las calles, las plazas y las casas.
La filosofía de Ramée ejerció una influencia considerable en la formación de la filosofía de la Nueva Inglaterra, especialmente en virtud de su adaptación a las necesidades de la “teología del pacto” (Covenant Theology) dentro de las Iglesias congregacionalistas. Los discípulos de Pierre de la Ramée, entre los que se encontraba el español Pedro Núñez Vela (1522-1602), elaboraron una síntesis lógico-dialéctica en sustitución el aristotelismo de los escolásticos. Esta nueva manera de hacer filosofía se introdujo sobre todo en los Platónicos de Cambridge.
Bib. Alfonso Ropero, Introducción a la filosofía, cap. VI (CLIE, Terrassa 1999).
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Manual de Homilética
A lo largo de más de tres cuartos de siglo MANUAL DE HOMILÉTICA de Samuel Vila, ha sido el libro de homilética por excelencia, y lo sigue siendo a día de hoy. Adoptado por la mayoría Seminarios e Institutos Bíblicos como libro de texto clave para la asignatura de Homilética, es raro encontrar en el mundo de habla hispana un sólo pastor o predicador que no lo conozca y lo haya utilizado con eficacia para su propia formación.
Cada capítulo o lección viene ilustrado con bosquejos prácticos sobre textos y temas bíblicos.Incluye un gráfico mostrando la estructira de un sermón, y doce grabados sobre gestos y actitudes impropias del predicador en el púlpito.El bestseller entre las 52 obras escritas por el fundador de CLIE, bien conocido autor, pastor y Académico de la Lengua Española, Dr. Samuel Vila. Con toda probabilidad el libro cristiano más vendido entre los escritos originalmente en español.
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Cristo en el Tabernáculo
ISBN: 978-84-7228-706-8
El detalle y extensión con que se nos ofrece la construcción del Tabernáculo en la Sagrada Escritura ha llamado siempre la atención de los cristianos. Acaso antes de que finalizara el siglo I mereció todo un comentario inspirado, que pronto ocupó un lugar de honor en la Iglesia Primitiva -a pesar de ser desconocido su autor -, a saber: la Epístola a los Hebreos; ahí hallamos la siguiente declaración referente al Tabernáculo:
"Lo cual es figura [o símbolo>Descargar previa del tiempo presente" (He. 9:9).
A descubrir tales figuras o símbolos se han dedicado, desde entonces, grandes pensadores cristianos; uno de los primeros fue Orígenes, en los siglos II y III.
Y este empeño, aunque más moderado y mesurado, es el que ha compartido el Dr. A. B. Simpson. Así, su interpretación de las figuras es abiertamente reconocida y aceptada en el mundo cristiano y su estudio ha servido como medio de edificación espiritual a no pocos creyentes.
Sin duda, Juan el Bautista no habría podido llamar a Jesucristo "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" si no hubiera estado familiarizado con los sacrificios del ritual judío en el Templo. La frase "el Cordero que fue inmolado" aparece con mucha frecuencia en el único libro que tenemos que nos describe las glorias del Cielo en un lenguaje también figurado.
No desdeñemos, pues, el método didáctico que Dios empleó para enseñar al pueblo judío la grandeza de su plan redentor en la Persona de su Hijo Jesucristo, y que ángeles y humanos tanto han admirado y admirarán por la eternidad.
Un estudio breve pero completo de los objetos y símbolos que en el antiguo Tabernáculo hebreo apuntaban a Cristo. -
11. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento: Filipenses
La Epístola del Apóstol Pablo a los Filipenses es una de las joyas de la literatura bíblica del Nuevo Testamento. El comentario a la misma de Samuel Pérez Millos la disecciona y analiza exhaustivamente, en todos los detalles y aspectos posibles.
Dice al respecto Pablo Duat, pastor de la comunidad latina “Cross Church” en Arkansas, USA:
«No tenemos conocimiento de que se haya escrito en español algún comentario a Filipenses que pueda acercársele en profundidad teológica, reflexión filológica y alcance práctico y pastoral al de Samuel Pérez Millos.
Profundidad teológica, en tanto echa luz a cada tema de manera comprensiva pero entendible, y las doctrinas complicadas se explican de forma tal que benefician tanto al erudito bíblico como al fiel creyente que busca acercarse más a Dios en la Palabra.
Reflexión filológica, porque Pérez Millos es, en nuestra comunidad hispanohablante, un verdadero pionero en detenerse en cada jota y cada tilde de la epístola en el idioma original.
Alcance práctico y pastoral, pues hay en cada página una absoluta inclinación por pasar de la explicación a la aplicación, en tanto la final y última pincelada de cada reflexión por parte de nuestro autor es siempre pastoral, real, íntima, directa».
Una obra académica de alto nivel que sin duda será una herramienta clave en Seminarios e Institutos Bíblicos, y una lectura útil y provechosa para líderes, educadores cristianos, y para todos aquellos deseosos de entender más en profundidad las enseñanzas de una epístola clave del Nuevo Testamento por su alto contenido teológico. -
Hermanos, no somos profesionales
Clasificado entre “Los 10 mejores libros que todo predicador debería leer” por la revista Preaching Magazine.
Con verdadero tono profético el autor hace un llamado general a recuperar la dimensión espiritual del ministerio cristiano, que, debido a confusiones de términos y roles, peligra por una malentendida profesionalidad.
Improvisación, superficialidad y descuido caracterizan muchas actividades de la iglesia, ya sea a la hora de hacer un programa de radio o de organizar una campaña de testimonio, o de presentar un programa de acción ante las autoridades civiles, cuando lo que se necesita es profesionalidad, esmero y dominio de la materia. En estos campos de actividad comunitaria sí que es preciso, imprescindible, ser profesionales, manejar adecuadamente los asuntos pertinentes. El error es extrapolar virtudes necesarias para actividades de corte social, político o administrativo, y aplicarlas al ministerio cristiano, la predicación del Evangelio y el cuidado pastoral. Aquí, el profesionalismo lejos de remediar males, crea problemas, antes que dar vida, mata.
El ministro cristiano no es un ejecutivo, ni un administrador de empresas religiosas, para eso hay ancianos, secretario y consejo de iglesia, es, ante todo, un siervo de Dios para la extensión del Evangelio y la edificación de los creyentes. La obra de Dios es muy diferente de la obra de los hombres. Es una obra de persona a personas, inspirada y guiada por la persona sublime de Jesucristo. Está más allá de lo profesional, porque, paradójicamente, tiene que ser más que profesional. Exige una dedicación completa en pensamiento, palabra y obra. Para esto no hay técnica que sea suficiente, excepto la comunión y el trato íntimos con Dios y los hombres. “Los objetivos de nuestro ministerio son eternos y espirituales. No son comunes a ninguna otra profesión. Es precisamente por la incapacidad de ver esto que estamos muriendo”, dice y defiende el autor de este libro con sobrada razón y peso pastoral por el ministerio cristiano actual. Y continúa diciendo:
Nosotros los pastores estamos muriendo por profesionalizar el ministerio pastoral. La mentalidad del profesional no es la mentalidad del profeta. No es la mentalidad del esclavo de Cristo. El profesionalismo no tiene nada que ver con la esencia y corazón del ministerio cristiano. Mientras más profesional seamos, más grande será la muerte espiritual que dejaremos a nuestro paso.
El mundo establece el programa del hombre profesional; Dios establece el programa del hombre espiritual. El fuerte vino de Jesucristo hace estallar el odre del profesionalismo.
Algunas personalidades del mundo cristiano actual han dicho sobre este libro:
— “El último libro de Piper, Hermanos, no somos profesionales, es uno más de los misiles en lo que se ha convertido el arsenal de libros contra la apatía y la rutina en la mayoría de las iglesias americanas”. Greg Gilbert, pastor asistente de Capitol Hill Baptist Church en Washington, D.C.
— “Hay muchas más cosas dignas de comentario, que espacio para hacerlo. Este libro se merece una amplia circulación en nuestras iglesias, de modo que los pastores puedan ser desafiados a cumplir su llamamiento y los laicos ver lo que es realmente el llamamiento de sus pastores”. Ray Van Neste, en The Southern Baptist Journal of Theology. -
Dwight L. Moody
Según el que fuera presidente de los Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, el evangelista Dwight L. Moody fue «uno de los ciudadanos más grandes» del país. Y, ciertamente, no exageraba en su aprecio pues, sin duda, el gran evangelista fue uno de los ciudadanos del cielo más grandes que han vivido para gloria de Dios en este mundo.
En una era en que la vocación de evangelista se extiende a muchos creyentes fieles y sinceros en su deseo de servir al Señor y ganar almas para Cristo, creemos que la lectura biográfica de la vida de este gran siervo de Dios, que fue instrumento para la salvación de decenas de millares; que, empezando pobre, sin un centavo, con la ayuda de Dios llegó a levantar millones en favor de la obra fundando instituciones que perduran para testimonio y difusión del Evangelio hasta nuestros días, es de vital importancia.
Por ello, CLIE se honra en poner a disposición de las nuevas generaciones de creyentes esta excelente biografía ilustrada, de la pluma de Arboleda, que, estamos seguros, ha de ser ejemplo e inspiración para muchos.
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Diccionario imágenes y simbolos