Mackintosh, Charles Henry
Nació en Glenmalure Barracks (County Wicklow, Irlanda). A los dieciocho años experimentó un poderoso avivamiento espiritual, leyendo los escritos de J.N. Darby (v.). En 1844 abrió una escuela de educación general donde enseñó durante nueve años. Deseando servir más a Cristo en la predicación y evangelismo que en la enseñanza secular, en 1853 marchó a Dublín (Irlanda del Sur) para servir en el ministerio pastoral y de evangelización. Escribió gran número de artículos en revistas evangélicas. Fue editor de Things New and Old (Cosas Nuevas y Viejas) durante cuarenta años. Intervino activamente en avivamiento irlandés de 1859-60. Miembro de los Hermanos de Plymouth.
De sus notas al Pentateuco Spurgeon dijo que eran “preciosas y edificantes, grandemente sugestivas, aunque con las peculiaridades de su grupo”. Ciertamente su estilo literario está muy logrado y revela una profunda pasión espiritual. Un verdadero clásico de la literatura cristiana, como revelan sus repetidas ediciones y traducciones a distintos idiomas. Como botón de muestra baste el comienzo de su reflexión sobre Génesis: “Muy notable de veras, es la manera con que el Espíritu Santo comienza este libro sublime. Se nos presenta a Dios en la plenitud de su poder infinito y en la grandeza solitaria de actos sublimes e inconmensurables. Empero toda materia extraña y todo preámbulo se excluyen de la historia. Nos hallamos, desde luego, en contacto directo con Dios”.
De sus notas al Pentateuco Spurgeon dijo que eran “preciosas y edificantes, grandemente sugestivas, aunque con las peculiaridades de su grupo”. Ciertamente su estilo literario está muy logrado y revela una profunda pasión espiritual. Un verdadero clásico de la literatura cristiana, como revelan sus repetidas ediciones y traducciones a distintos idiomas. Como botón de muestra baste el comienzo de su reflexión sobre Génesis: “Muy notable de veras, es la manera con que el Espíritu Santo comienza este libro sublime. Se nos presenta a Dios en la plenitud de su poder infinito y en la grandeza solitaria de actos sublimes e inconmensurables. Empero toda materia extraña y todo preámbulo se excluyen de la historia. Nos hallamos, desde luego, en contacto directo con Dios”.