Brunner, Emil
Teólogo reformado, nació en Winterthur (Suiza), fue primero pastor y, después, profesor de teología en Zurich (1924-1955). Durante su jubilación enseñó tres años en la Universidad Cristiana de Tokio (Japón).
Representa la reacción contra teología liberal, mediante la teología dialéctica, próxima a K. Barth, que se centra en la prioridad de la revelación, pero sin negar, como Barth, el “punto de contacto” con el no cristiano. Estaba convencido de que la fe en Cristo necesitaba la revelación universal de Dios en la creación, en la historia y en la conciencia de los seres humanos. Esto le llevó en 1934 a un serio enfrentamiento con Barth, quien rechazaba totalmente cualquier idea de revelación general.
Influenciado por la filosofía de S. Kierkegaard y por el socialismo cristiano de L. Ragaz y Kutter, escribió numerosos libros, de los que destacan su obra cristológica El Mediador (1927), que fue el primer intento de tratar la cristología en términos de la teología dialéctica, y su gran obra, Dogmática, cuyo tercero y último vol. apareció en 1960, cuando después de una serie de ataques cerebrales disminuyó su capacidad de hablar y escribir, pero aun así pudo dar cima a su obra maestra.
Al contrario que Barth, Brunner afirma que el hombre caído retiene parte de la imagen de Dios, lo cual le permite llegar a cierto conocimiento de Dios, aunque deformado por el pecado. La revelación especial sirve para enfocar debidamente la verdad sobre Dios, corrigiendo la deformación existente bajo la revelación general. El tradicional principio teológico de analogía es la base del conocimiento humano de Dios.
Dos detalles importantes contribuyeron a que los escritos de Brunner tuvieran una enorme difusión: primero, su interés en los problemas sociales ante el avance del comunismo y las secuelas de dos grandes guerras mundiales. A este respecto, escribió El imperativo divino (1937) y El hombre en rebeldía (1939). Según él, Dios da a los hombres la oportunidad de cumplir el mandamiento de amar a Dios y al prójimo; y el hombre, aunque sea incrédulo y se rebele contra Dios, no por eso pierde su relación con Dios y la responsabilidad que tiene ante Dios. Ambos libros se oponían, tanto al totalitarismo nazi como al soviético, por lo que fueron prohibidos por Hitler. Segundo, Brunner contribuyó también a la reconstrucción de la postguerra con su libro La Justicia y el orden social (1945). Estaba firmemente convencido de que la teología y la ética están unidas indisolublemente, tanto en la Biblia como en la experiencia cristiana.
Representa la reacción contra teología liberal, mediante la teología dialéctica, próxima a K. Barth, que se centra en la prioridad de la revelación, pero sin negar, como Barth, el “punto de contacto” con el no cristiano. Estaba convencido de que la fe en Cristo necesitaba la revelación universal de Dios en la creación, en la historia y en la conciencia de los seres humanos. Esto le llevó en 1934 a un serio enfrentamiento con Barth, quien rechazaba totalmente cualquier idea de revelación general.
Influenciado por la filosofía de S. Kierkegaard y por el socialismo cristiano de L. Ragaz y Kutter, escribió numerosos libros, de los que destacan su obra cristológica El Mediador (1927), que fue el primer intento de tratar la cristología en términos de la teología dialéctica, y su gran obra, Dogmática, cuyo tercero y último vol. apareció en 1960, cuando después de una serie de ataques cerebrales disminuyó su capacidad de hablar y escribir, pero aun así pudo dar cima a su obra maestra.
Al contrario que Barth, Brunner afirma que el hombre caído retiene parte de la imagen de Dios, lo cual le permite llegar a cierto conocimiento de Dios, aunque deformado por el pecado. La revelación especial sirve para enfocar debidamente la verdad sobre Dios, corrigiendo la deformación existente bajo la revelación general. El tradicional principio teológico de analogía es la base del conocimiento humano de Dios.
Dos detalles importantes contribuyeron a que los escritos de Brunner tuvieran una enorme difusión: primero, su interés en los problemas sociales ante el avance del comunismo y las secuelas de dos grandes guerras mundiales. A este respecto, escribió El imperativo divino (1937) y El hombre en rebeldía (1939). Según él, Dios da a los hombres la oportunidad de cumplir el mandamiento de amar a Dios y al prójimo; y el hombre, aunque sea incrédulo y se rebele contra Dios, no por eso pierde su relación con Dios y la responsabilidad que tiene ante Dios. Ambos libros se oponían, tanto al totalitarismo nazi como al soviético, por lo que fueron prohibidos por Hitler. Segundo, Brunner contribuyó también a la reconstrucción de la postguerra con su libro La Justicia y el orden social (1945). Estaba firmemente convencido de que la teología y la ética están unidas indisolublemente, tanto en la Biblia como en la experiencia cristiana.
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Apocalipticismo Creencia, duda, fascinación y temor: al fin del mundo
El término utilizado como título del presente libro “apocalipticismo”, puede confundir a personas poco versadas en la materia, llevándolas a creer que se trata de otro comentario al texto bíblico de la Revelación de San Juan: El Apocalipsis.
Sin embargo, no es éste el contenido ni propósito del excelente trabajo de investigación que sus páginas ofrecen. El Dr. Zaldivar, adopta en su enfoque un ángulo muy distinto al tradicional. Asumiendo que el “apocalipticismo”, o idea del fin del mundo, ha dejado de ser un tema escatológico circunscrito al debate en círculos religiosos para convertirse en algo de interés general, y aún más, en un lucrativo negocio, su objetivo con esta obra es:
? Aportar explicaciones coherentes a la fascinación irresistible que la idea de el fin del mundo ha ejercido históricamente sobre el ser humano a todos los niveles.
? Denunciar la explotación y abusos cometidos bajo su amparo por la industria de la comunicación masiva, –periodística, editorial, televisiva, cinematográfica, etc– tanto a nivel general como también en círculos religiosos.
? Demostrar que parte de las predicciones descritas en el Apocalipsis de San Juan, no son acontecimientos futuros, sino realidades presentes que están sucediendo ya en el mundo.
?Presentar desde una posición teológica evangélica contemporánea, propuestas para desarrollar una escatología Latinoamericana propia, libre de ingerencias foráneas.
El tema es delicado y polémico en todas sus vertientes, con hondas ramificaciones a todos los niveles, y es justo decir que exponerlo abiertamente y analizarlo con propiedad, como hace el autor, es temerario y denota una enorme valentía. Pero el Dr. Raúl Záldivar, es un teólogo joven, emprendedor y dinámico; claro exponente de una nueva generación de eruditos evangélicos latinoamericanos que no se intimidan ante los nuevos desafíos del pensamiento cristiano contemporáneo, que no se ruborizan cuando hay necesidad de reconocer errores pasados o denunciar abusos presentes; y que no se arrugan ni retroceden a la hora de plantear propuestas fieles a la Palabra, pero novedosas y ajustadas a las necesidades de los tiempos. Y esto es precisamente lo que hace en la presente obra, donde analiza a fondo el tema del fin del mundo desde una perspectiva cristiana y equilibrada, utilizando el método crítico.
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