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Bonar, Horatius

Bonar, Horatius
Nacido el 19 de diciembre en Old Brouhton (Edimburgo, Escocia), de todo un linaje de ministros del Evangelio. Tanto él como su hermano menor, Andrew, continuaron la tradición familiar.

Recibió su educación en la High School de Edimburgo, y después en la universidad de la misma ciudad. En ella tuvo por profesor a Thomas Chalmers (1780-1847), un hombre de grandes dones y de verdadera piedad, que tuvo una buenísima influencia sobre no pocos jóvenes aspirantes al ministerio sagrado. R.M. McCheyne (v.) fue uno de sus compañeros de estudio. No sabemos cuando llegó a tener conocimiento de su salvación, sólo que recibido a la comunión de su iglesia en Glenorchy en enero de 1830, a la edad de 21 años.

En 1837 fue ordenado al ministerio de la Iglesia de Escocia. Pastoreó la congregación de North Parish Church en Kelso. Seis años después, cuando tuvo lugar una división dentro de la Iglesia de Escocia y la formación de la nueva Iglesia Libre de Escocia, Bonar fue uno de los cientos de pastores que abandonaron la Iglesia oficial para ser pastor de la Iglesia Libre en el mismo Kelso. Durante veintitrés años estuvo en esa congregación, hasta que aceptó la invitación de la Chalmers Memorial Church de Edimburgo para ser su pastor (1866). Un crecimiento y bendición notable siguió a sus labores pastorales.

En 1883 fue elegido Moderador de la Asamblea General de la Iglesia Libre de Escocia. Su esposa murió en 1884, él cinco años después, un 31 de julio.

Aunque fue un pastor diligente su fama se debe a su obra literaria. Ya en 1849 había fundado The Quarterly Jounal of Prophecy (Revista trimestral de Profecía). Bonar era calvinista en soteriología y eclesiología y y premilenarista histórico en escatología (no dispensacionalista). Su obra principal fueron los himnos. Es conocido como “el príncipe de los himnólogos escoceses.” Compuso unos seiscientos himnos y poemas sagrados. De los más ricos y los más populares son: “Oí la voz del Salvador”, “Aquí tu rostro puedo ver, Señor”, y “Bendito nuestro Dios” (todos traducidos al castellano). El gran énfasis en casi todos sus himnos era la perfección de la obra de expiación realizada por Cristo. Su tono es popular, debido al interés que tenía por ver a los niños participando en los cultos de la Iglesia, manifestado desde el principio de su ministerio pastoral.

Profundamente reformado y evangélico no cesaba de instar a la gente a “nacer de nuevo”. Muchas fueron las conversiones que tuvieron lugar durante su ministerio. Jugó un papel muy importante en llamar a Moody (v.), para que llevase acabo una gira de evangelización en Gran Bretaña.

ANDRES BIRCH

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