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25. La Homosexualidad: Compasión y claridad en el debate



Escribiendo desde una perspectiva cristiana evangélica y con una profunda empatía, Schmidt trata el debate actual sobre la homosexualidad:

La definición bíblica de la homosexualidad.

Lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad.

¿Se puede nacer con orientación homosexual?

Las recientes reconstrucciones pro-gay de la Historia y de la Biblia.

Los efectos del comportamiento homosexual sobre la salud.

Por la profunda investigación que el autor ha realizado y a los argumentos que presenta, este libro es la respuesta cristiana actual más convincente y completa que existe en cuanto al tema de la homosexualidad.

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El debate sobre la homosexualidad gira en torno a una serie de temas cruciales y controvertidos: la sexualidad humana y las emociones, la política, la religión, la familia y las relaciones sociales, las sanidad pública y privada, la privacidad o derecho a intimidad y el bienestar social.

Y el debate dentro de las propias comunidades cristianas es cada vez más feroz, y amenaza en convertirse en algo tan explosivo como fue la Reforma hace 500 años. Pues el debate sobre la homosexualidad y la Biblia –o más concretamente sobre si la Biblia condena la homosexualidad en todos los casos– acabará por rasgar nuevamente en pedazos el cuerpo de Cristo en cuanto se obligue a los creyentes a pronunciarse en términos de blanco y negro.

Por ello obra de Thomas Schmidt puede considerarse lo mejor que se ha escrito hasta la fecha sobre este tema desde una perspectiva heterosexual y evangélica.

En primer lugar expone con claridad diáfana la exégesis bíblica en contra de la homosexualidad. Es decir, demuestra como la Escritura enseña de manera inequívoca que la práctica homosexual es pecado.

En segundo lugar, ofrece una de las mejores argumentaciones y de las más documentadas en contra de la homosexualidad por motivos de salud pública y privada.

En tercer lugar, se adentra en el debate genético: ¿nacen los homosexuales así o se trata de una desviación adquirida posteriormente por causas externas? Y concluye que a pesar de que hay un número de factores que pueden explicar la tendencia homosexual por factores ajemos al individuo, ello no puede servir de justificación para el comportamiento. Considera que hay un factor de decisión personal que es determinante.

Sin embargo, aunque fiel a la posición tradicional evangélica conservadora en materia de homosexualidad, Schmidt se distingue de muchos otros críticos conservadores en que se desvive por mostrar comprensión y empatía. Reclama respeto hacia los homosexuales, dejando claro que entre los heterosexuales hay también en materia sexual un montón de ropa sucia y mucho pecado.

Muchos evangélicos juzgan a la ligera el comportamiento homosexual y lo condenan a priori sin paliativos olvidando la conocida frase que nos dice que debemos «aborrecer el pecado pero amar al pecador».

Este es, precisamente, el elemento que distingue y diferencia este libro de todos los demás. Es tajante a la hora de afirmar que la Escritura condena la homosexualidad como un pecado; explícito a la hora de demostrar que el estilo de vida homosexual debería evitarse por motivos de salud pública; y que la genética no es excusa ni justificación. Pero a la vez, no consiente que los cristianos heterosexuales vean en los homosexuales unos apestados, y les recuerda que antes de juzgar a los demás deberían quitar la viga que hay en su propio ojo.

Se trata de un tema espinoso en el que es nuestra obligación como cristianos estar bien informados para no comprometer la verdad bíblica y la moralidad cristiana. Pero esta misma información debe llevarnos a obrar con justicia y equidad y actuar siempre con el amor y la compasión propia de Cristo. Hemos de expresar claramente nuestra posición, pero hemos de hacerlo de manera inteligente y racional, y sobre todo, con amor y comprensión. De lo contrario, como bien dice Schmidt: «Los cristianos inmaduros, incapaces de afrontar el problema con calma, con amor y compasión, lo menos que pueden hacer es mantener la boca cerrada y mantenerse alejados de la primera línea de debate, absteniéndose de dar opiniones en medios de comunicación y manteniéndose alejados de los programas de radio y de televisión».

Nuestra postura objetiva de la verdad de Dios debe ir siempre acompañada de una plena conciencia del hecho de que estamos tratando con seres humanos. Y esto es de suma importancia, porque la emoción, en lugar de ser vista verdad, tiende a ser vista por el público en general como algo tendencioso.

Esto no significa que no podamos ser críticos con la conducta homosexual, tan sólo que hemos de ser muy cuidadosos con la forma en que lo hacemos. Puesto que si no los presentamos adecuadamente, nuestros argumentos, más que ayudar, se volverán contra nosotros como un boomerang, ya que hoy en día el gran público está mentalizado en este sentido. Hay ocasiones en la que nuestras actitudes dicen más que nuestras palabras y nuestras verdades.

Schmidt busca una tercera vía entre los extremos: entre los que quieren diluir el mensaje bíblico referente a la homosexualidad afirmando que el comportamiento homosexual no es pecado; y los que condenan a ultranza a los homosexuales sin ofrecerles siquiera las manos extendidas del amor de Cristo.

El equilibrio en el tema, la moderación sin compromiso, es el argumento fundamental de este libro, y toda persona involucrada en el tema de la homosexualidad, sea por la razón que sea, ministro o laico, hará bien en leerlo.
Información adicional
ISBN 9788482675435
Autor Schmidt, Thomas E.
Encuadernación Rústica fresada
Publicacion 2008
Idioma es
Páginas 264
Medidas 14 x 23 cm